Es temprano aún,a penas empieza un nuevo día.Son las seis de la mañana,suena el despertador..no tengo ni ganas ni ánimos de levantarme.Apuro unos minutos más con los ojos cerrados oyendo el piar de los pájaros,y me levanto con el mismo pensamiento con el que me acosté.Por fin pongo los pies en el suelo,y al mirarme al espejo del baño no sé muy bien lo que veo.Es una cara triste,con unos ojos doloridos y apagados.Paso el día entre trabajos,pensamientos,deseos,sueños,ilusiones y una idea fija en mi mente...Llega el atardecer,una hora bonita,pero la más triste para mí.A veces (como hoy)voy sola en mi coche,y me gusta mirar al horizonte para ver ponerse el sol,no sin antes pintar de tonos anaranjados a las pocas nubes que acompañan al astro rey en sus últimos minutos.
Llega la noche...qué larga y triste se me hace dios mío...Si en algún momento del día he tenido unos minutos de ánimos,la noche me los mata sin contemplación.Busco desesperada un rincón donde dar rienda suelta a mi alborotada mente,un sitio donde dejar correr mis lágrimas..Y cuando ya estoy agotada de tanto pensar,y pensar..me acuesto entre suspiros y sueños,repitiéndome la misma frase de todas las noches:"Intenta descansar mujer,que mañana amanecerá otro día...igual de duro que el de hoy..."
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